IMAGINE ALL THE PEOPLE

"No tiene sentido decir que lo hacemos lo mejor que podamos. Tienes que lograr hacer lo que es necesario."

Winston Churchill

Imaginemos la vida de un regiomontano promedio. La imagen estereotipada de un hombre trabajador, asalariado, de clase media y padre de familia que vive con su esposa y dos hijos/as. Tiene un trabajo promedio en una empresa X. Vive en una casa modesta, supongamos, 3 recámaras, 1 baño, cocina, sala-comedor, lavandería. Sus hijos asisten a la escuela y su mujer se encarga del hogar.

De lunes a viernes la familia despierta temprano. Los niños corren para estar listos a tiempo, la mujer prepara el desayuno y el hombre se prepara para ir a trabajar. El señor lleva a sus retoños a la escuela y se va a trabajar. Nuestro amigo cumple su jornada laboral y regresa a casa cansado, fastidiado porque no disfruta su trabajo, por las presiones, por su jefe, por la crisis económica, por los compañeros. Va manejando su carro por la ciudad malhumorado, lo que genera que no ceda el paso a otros automovilistas, maneje agresivamente, no respete las señales de tránsito y contribuya a que el tráfico se vuelva más pesado. Llega, cena, ve la T.V., ocasionalmente charla o juega con sus hijos, algunos días hace el amor con su esposa y luego se duerme. Y al día siguiente se repite la rutina. De vez en vez el hombre se reúne con sus amigos a hacer carne asada y tomar unas cuantas cervezas y a charlar con ellos. Las charlas de esas reuniones giran en torno a diferentes temas: Hablan de su trabajo, de que están hartos de su jefe y/o sus compañeros/as, de que es muy pesado, de lo mal que está la inseguridad en el país, de los políticos que son unos inútiles, algunos hablan acerca de estar hartos de sus mujeres, de que son unas viejas brujas, de que se la pasan sin hacer nada en la casa, etc., y otros solamente lo piensan. Hablan también del futbol, que si fue falta, que si no fue, que si fue un clavado, que si no era fuera de lugar, etc.

El hombre del que hablamos es un hombre “honesto”, algunas veces ha comprado piratería, algunas pocas mordidas al tránsito, algunas cuantas mentiras a su esposa y algunas pocas promesas rotas a sus hijos que no cumplirá, algunas veces ha tirado basura, una que otra escapada al table, varias mentadas de madre al día, múltiples fantasías con sus compañeros de trabajo, vecinas y con la cajera del súper y alguna vez pateó a un perro. En resumen es un hombre aparentemente “honesto”, “responsable” y productivo para nuestra nación.

¿Te suena conocido? Si no eres uno, seguramente conocerás a alguno o varios o quizá estés rodeado de ellos. Según el INEGI en N.L. existimos 2, 090, 673 hombres, de los cuales 1, 240, 305 son trabajadores y el 60% de estos podrían considerarse de clase media. Esto es aproximadamente 744, 183 hombres, trabajadores de clase media que viven más o menos como lo acabo de describir, según la cultura popular regiomontana. Supongamos en 1 año aproximadamente el 50% han comprado 6 discos piratas, de los que están a 3x100 en los mercaditos, pulgas, etc. Esto es $200 por persona, que nos da un total de $74, 418, 300 pesos por año que se gasta en N.L., de lo cual una gran cantidad acabará en manos del crimen organizado, y estamos tomando en cuenta solo lo que se genera en discos compactos, no en ropa, calzado, joyería, perfumería, electrónicos, entre otros. Supongamos que en promedio un 50% han dado 1 mordida al año de aproximadamente $300 pesos. Esto es $111, 627, 450 pesos gastados en corrupción sólo en N.L., tomando en cuenta solo mordidas de tránsitos. Supongamos que en promedio el 80% de estos hombres arroja una envoltura, botella o bote de plástico al piso por día. Estamos hablando de 217, 301, 436 unidades de basura entre envolturas, botes y botellas que ruedan libres por la ciudad al año. Y por cada mentira y promesa rota vemos un par de niños que aprenden a mentir y a no cumplir su palabra. Y cada que uno de estos hombres miente, tira basura, compra piratería, rompe una promesa, da una mordida, piensa ¿Qué tanto daño puede causar? Pues unidos se hace la fuerza. Éstos somos los hombres productivos del país, y en esto estamos convirtiendo a nuestros niños. Y luego nos preguntamos ¿Por qué el país está como está? Y no hallamos respuesta ni solución.

Esto que acabo de escribir arriba son estimados, sin embargo las situaciones reflejan una realidad que vivimos. No soy ningún moralista, persignado, político ni pertenezco a ningún movimiento de acción social o partido político, no soy Superman ni Capitán América, ni pretendo, ni quiero serlo. Pero si pretendo hacer algo distinto, ¿cómo? Empezando por mí. No pretendo ser un modelo a seguir, pero si pretendo hacerme cargo de mi vida ¿Cómo? Siendo honesto, no dando mordidas, no comprando piratería, no tirando basura, permitiéndome crecer para permitir que los demás crezcan. Marianne Williamson escribió “…Cuando nosotros nos permitimos brillar, inconscientemente damos permiso a otros para que hagan lo mismo. Cuando nosotros somos libres de nuestros propios miedos, nuestra presencia automáticamente libera a otros…”.